La vida en una colonia espiritual

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La vida en una colonia espiritual

« em: 16 de Mar�o de 2010, 00:14 »

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�No se turbe vuestro Coraz�n, creed en Dios, y creed tambi�n en m�. Hay muchas moradas en la Casa de m� Padre: Si as� no fuese, ya os lo habr�a dicho, pues me voy para prepararos el lugar, volver� y os llevar� conmigo, a fin de que donde yo estuviera, tambi�n est�is vosotros (S. Juan, Cap. XIV, vers�culo 1 a 3).

1. En el Evangelio Seg�n el Espiritismo, Allan Kardec traza en el cap�tulo III � Hay muchas moradas en la casa de m� Padre, demuestra las diferentes categor�as de mundos habitados: Mundos primitivos destinados a las primeras encarnaciones del alma humana; Mundos de expiaciones y pruebas donde domina el mal; Mundos de Regeneraci�n, en los cuales las almas que aun tienen que expiar y adquirir nuevas fuerzas, reposando de las fatigas de la lucha; Mundos dichosos, donde el bien sobrepuja el mal. Mundos celestes o divinos, habitaciones de esp�ritus depurados, donde exclusivamente reina el bien. La Tierra pertenece a la categor�a de los mundos de expiaciones y pruebas, raz�n de porqu� aqu� vive el hombre enfrentando tanta miseria.

2. Nuestro sistema solar hasta hoy, y compuesto de 8 planetas, sat�lites, planetas muy peque�os, asteroides y centenas de colonias espirituales, son: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, J�piter, Saturno, Urano, Neptuno, Plut�n (este �ltimo considerado, recientemente, como un planeta diminuto). La Colonia Nuestro Hogar, citada por Andr� Luiz, y tantas otras.

3. En el libro de los Esp�ritus la pregunta 234 que, as� se lee: ��Hay de hecho como fue dicho mundos que sirven de estaciones a puntos de reposo a los esp�ritus errantes? Respuesta: S�, hay mundos particularmente destinados a los seres errantes, mundos que les pueden servir de morada temporal, especie de campamento, de campo donde descansen de una muy larga Erraticidad, estado este siempre un tanto penoso. Son entre otros mundos, posiciones intermediarias, graduadas de acuerdo con la naturaleza de los esp�ritus que a ellas pueden tener acceso y donde ellos gozan de mayor o menor bienestar.�

4. En la pregunta 235 de lo citado del libro L.E. ��En cuanto permanecen en los mundos transitorios los esp�ritus progresan? Respuesta: Ciertamente. Los que van a tales mundos tienen el objetivo de instruirse y de poder m�s f�cilmente obtener permiso para pasar a otros lugares mejores y llegar a la perfecci�n.�

5. En el cap�tulo III En el Libro el Cielo y el Infierno o la Justicia Divina seg�n el Espiritismo, Kardec trat� de las cuestiones fundamentales de la vida despu�s de la muerte: El Cielo. El Infierno, El Limbo y el Purgatorio. � �El cielo, en general, esta palabra designa el espacio indefinido que circunda la Tierra y m�s particularmente la parte que est� por encima de nuestro horizonte. Los antiguos cre�an en la existencia de muchos cielos superpuestos de materia s�lida y transparente, formando esferas conc�ntricas y teniendo a la Tierra por centro. Esa idea provenida de la deficiencia de conocimientos astron�micos fue la de todas las teogon�as de los cielos, as�, escalados los diversos grados de las bienaventuranzas: El �ltimo de ellos era la morada de la suprema felicidad. Seg�n la opini�n com�n hab�a siete cielos.�

6. El Infierno y la instituci�n de las penas futuras fueron de todas las �pocas. En el pasado el hombre crey�, por intuici�n que en la vida futura ser�a feliz o infeliz conforme el bien o mal practicado en este mundo. La idea sin embargo de esa vida est� en relaci�n con su desenvolvimiento, sentido moral y nociones m�s o menos justas de su sentido moral. Las penas y recompensas son los reflejos de los instintos predominantes del hombre del pasado. Despu�s surgi� el Infierno Cristiano imitado del Infierno Pagano, que son lugares no localizados, pero de sufrimientos eternos.

« �ltima modifica��o: 18 de Agosto de 2011, 17:40 by Ram-Wer »

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Re: LA VIDA EN UNA COLONIA ESPIRITUAL

« Responder #1 em: 16 de Mar�o de 2010, 00:19 »

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7. El Limbo, como los dem�s lugares fue un dogma cat�lico que sirve para los ni�os fallecidos en una edad tierna, sin hacer mal alguno, no pudiendo ser condenados al mal eterno.

8. El Purgatorio no existe ninguna menci�n en la Biblia al mismo, que s�lo fue admitido en el a�o 593 d.C. � Es incontestablemente un dogma m�s racional y m�s conforme con la Justicia de Dios que el Infierno, pues establece penas rigurosas m�s rescatables para las faltas de mediana gravedad. El Principio del Purgatorio es, pues fundado en la equidad, porque comparado a la justicia humana, es el estacionamiento temporal y no la condena perpetua. Por tanto, sin el Purgatorio, s�lo hay para las almas dos alternativas extremas: La suprema felicidad o el eterno suplicio. �Es en esa hip�tesis, que ser�a de las almas solamente culpables de ligeras faltas? O compartir�a de la felicidad de los elegidos, aun cuando siendo imperfectas, o sufrir�an el castigo de los mayores criminales, aun cuando no hubiese hecho mucho mal, lo que ser�a no ser�a ni justo, ni racional.

9. Andr� Luiz � Esp�ritu. Quien fue Andr� Luiz

De acuerdo con el Escritor Luciano de los �ngeles, de Brasil, que investig� la vida de 286 m�dicos desencarnados en el periodo de 1926 a 1936, descubri� que 68 m�dicos murieron con problemas circulatorios o de problemas gastro/intestinales. Llegando, por �ltimo, a la conclusi�n por sus descubrimientos que Andr� Luiz fue, en la Tierra, en su �ltima reencarnaci�n, el Dr. Faustino Monteiro Esposel, nacido en R�o de Janeiro el 24.10.1988, habiendo desencarnado, tambi�n, en R�o de Janeiro el d�a 16.09.1931, viviendo en la �ltima reencarnaci�n apenas 42 a�os, 10 meses y 22 d�as. El Dr. Faustino Esposel fue un notable M�dico. Profesor. Sanitario. Cient�fico de la Neurolog�a y Psiquiatra, habiendo realizado trabajos notables en Brasil y en el exterior.

10. Chico Xavier y Andr� Luiz � Luiz � Esp�ritu.

Cuenta Chico Xavier que en los a�os de 1939 comenz� a sentir la presencia de Andr� Luiz �Esp�ritu que le fue dictado un nuevo libro medi�mnico de su autor�a que despu�s de escribir dio el nombre de Nuestro Hogar. Chico le pide el nombre del autor y �l sugiere poner el nombre de Andr� Luiz el mismo nombre del hermano encarnado de Chico Xavier. Emmanuel hizo el prefacio del libro el 03/10/1943, siendo editado en 1944 por la Federaci�n Esp�rita Brasile�a.

11. Andr� Luiz � Zonas Inferiores � El Libro Nuestro Hogar

Yo ten�a la impresi�n de haber perdido la idea del tiempo. La noci�n de espacio se evapora de mucho tiempo y, no obstante, mis pulmones respiraban con largas exhalaciones. �Desde cuando me volviera juguete de fuerzas irresistibles? Es imposible esclarecerlo.

Me sent�a, en verdad, amargado duende en las garras oscuras del horror. Los cabellos erizados, el coraz�n saltando, un miedo terrible posey�ndome, muchas veces grit� como loco, implor� piedad y clam� el doloroso des�nimo que me subyugaba el Esp�ritu: Pero, cuando el silencio implacable no absorb�a la voz estentorica, lamentos m�s conmovedores que los m�os, me respond�an a los gritos. Otras veces, carcajadas siniestras rasgaban la quietud del ambiente. Alg�n compa�ero desconocido estar�a vi�ndome, prisionero de la locura. Formas diab�licas, rostros blancos, expresiones animalescas surg�an de cuando en cuando, agrav�ndome el asombro. El paisaje, cuando no estaba totalmente oscuro, parec�a ba�ado de luz blanquecina. Como amortajado de neblina espesa, que los rayos del sol calentasen de muy lejos. Y el extra�o viaje prosegu�a... �Con qu� fin? �Qui�n podr�a decirlo? S�lo sab�a que hu�a siempre� El Miedo me imped�a la precipitaci�n. �D�nde estaba el hogar, la esposa, los hijos? Perd� la noci�n del rumbo. El recelo de lo desconocido, el pavor de la tiniebla, absorb�an todas mis facultades de razonamiento, despu�s que me desprend� de los �ltimos lazos f�sicos, �en pleno sepulcro!

�Suicida! �Suicida! �Suicida! Infame � Gritos, as�, me cercaban por todos los lados. �D�nde estaban los sicarios de coraz�n empedernido? A veces, me observaban de reojo, escurridizos en la tiniebla espesa, cuando su despecho alcanzaba el auge, los atacaba, movi�ndome con extremas energ�as. En vano, sin embargo, golpeaba el aire en el cenit de la c�lera. Carcajadas sarc�sticas me her�an los o�dos, en cuanto siluetas negras desaparec�an�

« �ltima modifica��o: 18 de Agosto de 2011, 05:11 by Marianna »

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Re: LA VIDA EN UNA COLONIA ESPIRITUAL

« Responder #2 em: 16 de Mar�o de 2010, 00:26 »

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�Ah! Es preciso haber sufrido mucho, para entender todas las misteriosas bellezas de la oraci�n; es necesario haber conocido el remordimiento, la humillaci�n, la extrema desventura, para tomar con eficacia el sublime elixir de la esperanza. Fue en ese instante que las neblinas espesas se disiparon y alguien surgi� emisario de los Cielos. Un viejito simp�tico me sonri� paternalmente. Se inclin�, fij� en m� los grandes ojos l�cidos, y habl�: �Coraje hijo m�o! El Se�or no te desampara.

�Qui�n sois generoso emisario de Dios? El inesperado benefactor sonri� bondadoso y respondi�: Me llamo Clarencio, soy s�lo t� hermano. Y notando m� agotamiento, a�adi�: Ahora, permanece calmado y silencioso. Es preciso descansar para recuperar energ�as. Enseguida llam� a dos compa�eros que guardaban una actitud de siervos desvelados y orden�: Prestemos a nuestro amigo el socorro de emergencia. Una blanca s�bana fue extendida all� mismo a guisa de hamaca improvisada, present�ndose ambos cooperadores para transportarme generosamente. Cuando me cargaban, cuidadosos. Clarencio medit� un instante y aclar�, como quien recuerda una improrrogable obligaci�n: Vamos sin demora. Necesito alcanzar �Nuestro Hogar�

12. EL UMBRAL � Andr� Luiz.

Despu�s de recibir tan valiosas aclaraciones, se me agudizo el deseo de intensificar la adquisici�n de conocimientos relativos a diversos problemas que la palabra de Lisias suger�a. Las referencias a esp�ritus del UMBRAL me mord�an la curiosidad. La ausencia de preparaci�n religiosa, en el mundo, da motivo a dolorosas perturbaciones. �Qu� ser�a el UMBRAL? Conoc�a, apenas la idea del Infierno y del purgatorio a trav�s de los sermones o�dos en las ceremonias cat�lica-romanas a que asist�a, obedeciendo a preceptos protocolares. De ese Umbral, sin embargo, nunca tuve noticias. Al primer encuentro con el generoso visitante mis preguntas no se hicieron esperar. Lisias me oy� atento y contest�: Mira. Mira. �Pues t� estuviste detenido por all� tanto tiempo y no conoces la regi�n? Record� los sufrimientos pasados, experimentando escalofr�os y horror.

EL UMBRAL � continu� �l solicito � comienza en la superficie terrestre � Es la zona oscura de cuantos en el mundo no se decidieron atravesar las puertas de los deberes sagrados a fin de cumplirlos demor�ndose en el valle de la indecisi�n o en el pantano de los errores lamentables. Cuando el esp�ritu reencarna, promete cumplir el programa de servicios del Padre; mientras, al recapitular experiencias en el planeta, es muy dif�cil hacerlo, para s�lo buscar lo que le satisfaga el ego�smo. As� que, mantenidos son el mismo odio a los adversarios y la misma pasi�n por los amigos. Pero, ni odio es justicia, ni pasi�n es amor. Pues bien: todas las multitudes de desequilibrados permanecen en las regiones oscuras, que siguen a los fluidos carnales.

El deber cumplido es una puerta que atravesamos en el infinito, rumbo al continente sagrado de la uni�n con el Se�or. Es natural, por tanto, que el hombre esquivo a la obligaci�n justa tenga esa bendici�n indefinidamente dilatada. A�adi�: - Imagina que cada uno de nosotros, renacemos en el planeta, somos portadores de un hecho sucio, para lavar en el deposito de la vida humana. Esa ropa inmunda es el cuerpo causal, tejido por nuestras manos, en las experiencias anteriores. Compartiendo, de nuevo, las bendiciones de la oportunidad terrestre, olvidamos, sin embargo, el objetivo esencial, en vez de purificarnos por el esfuerzo del lavado, nos ensuciamos aun m�s, contrayendo nuevos lazos, y encarcel�ndonos a nosotros mismos en verdadera esclavitud.

Mira, si al volver al mundo, procuramos un medio de huir a la suciedad, por el desacuerdo de nuestra situaci�n con el medio elevado, �c�mo regresar a ese mismo ambiente luminoso, en peores condiciones? EL UMBRAL funciona, por tanto, como regi�n destinada al agotamiento de residuos mentales; una especie de zona purgatoria, donde se quema la prestaci�n, el material deteriorado de las ilusiones que la criatura adquiri� por atacado, menospreciando la sublime ense�anza de una existencia terrena. Qued� admirado: EL UMBRAL es la regi�n de un profundo inter�s para quien est� en la Tierra. Se concentra, ah�, todo lo que no tiene finalidad para la vida superior.

« �ltima modifica��o: 18 de Agosto de 2011, 05:12 by Marianna »

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Re: LA VIDA EN UNA COLONIA ESPIRITUAL

« Responder #3 em: 16 de Mar�o de 2010, 00:29 »

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Y nota: Que la Providencia Divina obr� sabiamente, permiti�ndose crearse tal departamento en torno del planeta. Hay legiones compactas de almas irresolutas e ignorantes, que no son suficientemente perversas para ser enviadas a colonias de una reparaci�n m�s dolorosa, ni bastante nobles, para ser conducidas a planos de elevaci�n. Representan hileras de habitantes del UMBRAL, compa�eros inmediatos de los hombres encarnados, separados de ellos por leyes vibratorias. No es de extra�ar, por tanto, que semejantes lugares se caractericen por grandes perturbaciones. All� viven, agrup�ndose, los rebeldes de toda especie.

Forman igualmente, n�cleos invisibles de notable poder, por la concentraci�n de las tendencias y deseos generales. �Mucha gente en la Tierra no recuerda que se desespera cuando el cartero no viene, cuando el convoy no aparece? Pues el UMBRAL est� repleto de desesperados. Por no encontrar el Se�or a la disposici�n de sus caprichos, despu�s de la muerte del cuerpo f�sico y, sintiendo que la corona de la vida eterna es la gloria intransferible de los que trabajan con el Padre, esas criaturas se rebelan y demoran en mezquinas edificaciones. NUESTRO HOGAR tiene una SOCIEDAD ESPIRITUAL, pero esos n�cleos poseen infelices, malhechores y vagabundos de toda especie. Es zona de verdugos y v�ctimas, de explotadores y explotados.

�C�mo explicarlo? �Entonces no hay por all� la defensa, la organizaci�n? Sonri� el interlocutor. La organizaci�n es atributo de los esp�ritus organizados. Que quieres. La zona inferior a que nos referimos es cual casa donde no hay pan, todos gritan y nadie tiene raz�n. El viajante distra�do pierde el convoy. El agricultor que no sembr� no puede recoger. Una certeza, sin embargo, puedo darte: - no obstante las sombras y angustias del UMBRAL, nunca falt� protecci�n divina. Cada esp�ritu all� permanece, el tiempo que se haga necesario. Para eso, amigo m�o, permiti� el Se�or se erigiesen muchas colonias como esta, consagradas al trabajo y al socorro espiritual.

Creo entonces � observ� � que esa esfera se mezcla casi con la esfera de los hombres. S� �confirm� el generoso amigo � y es nuestra zona que se extiende los hilos invisibles que ligan las mentes humanas entre s�. El Plano est� repleto de DESENCARNADOS y de FORMAS PENSAMIENTOS de los encarnados, porque, en verdad, todo el esp�ritu, est� donde estuviera, es un n�cleo irradiante de fuerzas que crean, transforman o destruyen, exteriorizadas en vibraciones que la ciencia terrestre presentemente no puede comprender. Quien piensa, est� haciendo alguna cosa al margen. Y es por el pensamiento que los hombres encuentran en el UMBRAL a los compa�eros que se afinan con las tendencias de cada uno. Toda alma es un im�n poderoso.

Hay una extensa humanidad invisible, que sigue a la humanidad visible. Las misiones m�s laboriosas del Ministerio del Auxilio son constituidas por abnegados servidores, en el UMBRAL, porque si la tarea de los bomberos en las grandes ciudades terrenas es dif�cil, por las llamas y olas de humo que los enfrentan, los emisarios del UMBRAL, encuentran fluidos pesad�simos emitidos, sin cesar, por millares de mentes desequilibradas, en la pr�ctica del mal. O terriblemente flageladas a los sufrimientos rectificadores. Es necesario mucho coraje y mucha renuncia para ayudar a quien comprende el auxilio que le ofrecen.

Lisias se interrumpi�. Sumamente impresionado objet�: �Ah! �Como deseo trabajar junto a esas legiones de infelices, llev�ndoles el pan espiritual del esclarecimiento! El enfermero amigo me mir� bondadosamente, y despu�s de meditar en silencio, por un largo instante, acentu� al despedirse. �Ser� que t� te sientes con la preparaci�n indispensable para semejante servicio?

Jo�o Cabral
Presidente da ADE-Sergipe
www.ade-sergipe.com.br
Em 23.09.2007
Aracaju-Sergipe-Brasil

« �ltima modifica��o: 18 de Agosto de 2011, 05:13 by Marianna »

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